(por Jose Mª Santos)
La
cena fue maravillosa. La luna iluminaba tenuemente la playa mientras paseaban lentamente
cogidos de la mano. La brisa nocturna les traía el aroma del mismo día en que
se conocieron. La espera valió la pena. Ahora podían estar juntos y realizar
todo aquello que imaginaron mientras el mismo mar que ahora acariciaba sus pies
descalzos los separaba.

Playa de Islas Maldivas llena de organismos bioluminiscentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario