Habría sido un fin de semana
cualquiera, pero me trajo recuerdos que ya había dejado atrás hace mucho tiempo
y que ahora vuelven de vez en cuando a mi cabeza.
Habían abierto un nuevo bar en la
ciudad y decidimos ir a ver qué tal estaba. Nos habían hablado muy bien de él a
pesar del poco tiempo que llevaba abierto. El local estaba muy bien en
realidad, era agradable y tenía un buen ambiente, gran variedad de bebidas y
comida de todo tipo y sobre todo era barato. Nuestra intención era echarnos unas cervezas,
unas risas y charlar tranquilamente, y en esas estábamos cuando un reflejo, una
imagen fugaz, me pasó por el rabillo del ojo.
Entonces me giré y la vi. Tuve que
mirar dos veces porque no me lo creía. Aquella mirada no podré olvidarla por
muchos años que pasen. Ana. La primera chica por la que estuve enamorado de
verdad.
Todavía éramos unos chavales cuando
la conocí y nos veíamos como vecinos del barrio, aunque la verdad siempre me
llamó la atención su pelo rubio y sus ojos azules. Me parecía un ángel caído
del cielo, de esos que describen los cuentos y las historias fantásticas. Pero
fuimos creciendo y en el instituto me empezó a gustar cada vez más. La veía
todos los días entre clases, en el barrio, en el bus… Y entre estudios y amigos
un pensamiento se abría paso en mi mente más y más. Caí enamorado de ella hasta
los huesos. Sus ojos, su pelo, su voz… pero por aquel entonces era tímido y
estúpido y nunca me atreví a decirle nada.
El tiempo pasó y se fue del barrio.
Ahí le perdí la pista y durante más de quince años no supe nada de ella. Y allí
estaba ahora, frente a mí. Ni siquiera sé si me reconocía. Más mayor, con el
pelo más oscuro, algo más rellenita, creo que como muchos a nuestra edad, pero
con la misma mirada. Ella hizo su vida y yo la mía, en la que me arrepentí
miles de veces de ser tan cobarde, pero todo aquello pasó. Si pudiera volver
atrás en el tiempo intentaría hacer las cosas de otra manera, pero no hay
vuelta atrás.
¿Pensar que sigo enamorado de ella
después de tantos años? Pues ahora no lo veo así, las cosas han cambiado, yo he
cambiado. Solo es un recuerdo más de aquella época. Pero no podría asegurarlo
al cien por cien. Puede que en lo más profundo del corazón me quede una
llamita, apenas unas ascuas que se avivan cada vez que la veo y me traen
imágenes de un pasado remoto. Hemos vuelto por aquel sitio más veces y allí he
vuelto a encontrar esos ojos que me atraían como imanes y que ahora, aun
haciéndolo igual que entonces, no los veo del mismo modo. Quién sabe, puede que
incluso volvamos a acercarnos con el tiempo y recordemos aquellas historias
pasadas.
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